SOLEDAD


Todo el mundo ha conocido la soledad en algún momento, pero no todo el mundo entiende la magnitud de la misma, técnicamente se dice que  la soledad es el estado de aislamiento en el cual un individuo se encuentra sin la compañía de una persona u otro ser vivo. “Lo que en realidad sucede es que los seres humanos sentimos más que lo científicamente descrito”, el estado de soledad va más allá de estar acompañado de alguien o algo, la soledad es un estado emocional que conlleva a una serie de implicaciones internas que se desatan y viven acorde a la experiencia y entorno del individuo, basada en mi percepción y el proceder del autor pretendo que mis argumentos esclarezcan el por qué la soledad es mucho más que carecer de la presencia física de otro ente.
Hace algunos años cuando añorabas la comida de mamá o los abrazos tiernos de la abuela, quizá la comida rancia de la universidad o a tu mascota que ya no está contigo, no extrañabas precisamente a la persona o el objeto que te causaba satisfacción y que en ese momento te acompañaba, anhelas la sensación que el acto mismo te transmite, la calidez, el amor, el cómo te sentías en ese instante; quizá ahora estés en tu habitación retomando esta idea, y padezcas un vacío aun sabiendo que al otro lado de tu habitación existe alguien;  ¡físicamente no estás solo o sola! y aun así experimentas ese sentimiento de necesidad, de añoranza, quizá el miedo inherente de ser abandonados, de no ser lo suficientemente buenos en algo, de que las personas que aprecias te olviden, que ya no seas tan bueno en esto o en aquello, es ese proceder mental al que yo le llamaría soledad, a la enajenación de tu propio brillo a ese abandono de decir ¡si puedo! Sin importar la edad, sexo, cultura o tu posición económica, a ese proceder tan negativo que muchas veces nos inunda a eso le llamo soledad, porque cuando pierdes esa luz y esas ganas de vivir es cuando realmente estas solo.

Sin embargo estas ahí entre miles de personas, que sonríen, que se esfuerzan, que quizá en algún momento se han preguntado ¿Cómo hice esto? o peor aún  ¿Por qué que no lo hice? Y vamos por la vida con nuestros demonios llamados miedos, inseguridades y los miles de que dirán, con nuestros hubiera ¡y todo por no intentarlo en su momento! y es que como dice Keegan “Somos nuestros críticos más duros y es fácil defraudarnos”.
Pero ¿por qué esperar a estar fuera de la universidad para hacer eso que te deseas?, ¿por qué esperar a que estés un poco más guapa para acercarte al chico que te gusta?, ¿por qué esperar a que sea mañana para decirle a papá o mama que los amas?, ¿para que pensar en el que harás cuando seas viejo?, ¿para que apapachar el sentimiento de vacío, de inexperiencia?  ¿Por qué quedarse en el no puedo o en el nadie me apoya?
 ¿Para qué estancarse en ese lapso de soledad emocional donde nadie te entiende, donde nadie te valora?
Aún el mas experimentado, Aún los hombres más grandes de la historia han padecido este momento de incertidumbre, de preguntarse ¿quién soy? y a ¿dónde voy?, la diferencia radica en que hago con lo que pienso, con lo que siento, quizá la soledad no sea un verdugo que azota por la noches cuando no puedes dormir, quizá la soledad es la más fiel y cercana amiga, que está ahí midiendo tu capacidad de decir ¡basta!  Para decir yo puedo hacerlo, de decidir estar con o sin alguien y nunca sentirse solo, lo contrario a la soledad es la motivación por la vida, el deseo ferviente de lograrlo, de conseguir ese título universitario, de jugar con los mejores, de salir con esa chica, de cantar para los niños, es ese deseo de vida el que nunca permitirá que te sientas enajenado, porque lo contrario a la soledad es eso; “el amor por lo que haces”.
Así pues ¿es realmente la soledad un estado de aislamiento de alguien? Al contrario es el estado donde más cerca estas de encontrarte a ti mismo, de conocerte y de descubrir quién eres y para que eres.

Karinee del castillo 




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