La tristeza de ser puta.
A veces me lamento todo el tiempo perdido, entre besos con sabor a tabaco, sexo sin sentido y charlas que no iban a ningún lado, pase años diciendo te quiero que solo salían de mi boca instintivamente para no menospreciar el te quiero de uno u otro infeliz que se lio conmigo, y lo digo así por que esa era la realidad, por que ningún hombre completo y sano estaría conmigo, siendo que yo estaba en pedazos y no por que no lo mereciera, mas bien por que era para lo que me alcanzaba, con ese pedazo de amor a medias que me tenia, con el ego herido y la dignidad agotada, solo podía compaginar con otro igual o mas roto que yo, ¡que claro es una farsa! ¿Qué por que? por que estar en la mierda y querer salir de ella agarrándote de otro igual de inmundo solo te lleva a resbalarte una y otra vez hasta que terminas siendo parte de eso de lo que quieres huir, se preguntaran que ha pasado para que hoy me plante a decir esto, pues pasa que me canse, que por primera vez en muchos años, pude decirle a alguien que no quería más, que bastaba ya de tanta basura, de tolerar y callar, de abrir las piernas cuando solo el tenia ganas o cuando la novia, la esposa o la amante de algún desgraciado no lo habían dejado satisfecho.
Pasa que también las putas tenemos alma, pasa que también llego a sentir pena por mi, por las chicas de burdel y ¿por qué no? hasta de aquellas ilusas que entregan todo por amor sin imaginarse que por las noches sus amados vienen a mis brazos en busca de placer.
Pero llega un día como todo, que lo roto termina de romperse...
El teléfono sonó y estaba aparentemente bien descolgué no muy animada, la voz de mi padre del otro lado del auricular me hizo estremecer, me contaba de su día y preguntaba por el mío, un gran nudo en mi garganta crecía y crecía, mientras en mi mente rebuscaba las palabras correctas para hacerle saber que estaba bien, ¡lo hice! como pude salieron nuevamente grandes mentiras que lo dejarían tranquilo creyéndome feliz, las lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, ese era el momento de colgar, me despedí a prisa dejándole un te quiero entrecortado, caí al suelo sintiéndome una indefensa niña que solo esperaba que papá venga a salvarla, que la levantara del suelo y que con un abrazo sanara su alma, esta vez eso no sucedería, postrada en el piso como un animal muriendo pidiendo piedad al mas cruel verdugo sentía el alma salirse de mi pecho era un dolor indescriptible, no había grito mas desgarrador que el que emitía mi garganta en ese momento, yo estaba muriendo y lo deseaba, deseaba la muerte antes que seguir siento ese gran hueco que estaba dejando mi alma humillada, rasgue mi cara y el dolor seguía ahí, arañe mis brazos intentando amortiguar el dolor del pecho, lloraba y gritaba sin saber de donde salían tantas lagrimas; vientres desnudos, bocas podridas, miembros asquerosos, manos ahorcándome, patadas en el culo, humillaciones, esa era la película que mi mente transmitía haciéndome sentir mas miserable, de pronto esas escenas comenzaron a tener sonido, era su voz diciéndome "Te amo, eres increíble" y yo me veía a mi misma sonriéndole y sintiéndome la mujer mas feliz del mundo, besos, abrazos y caricias que poco a poco fueron subiendo de tono, me daba tanto amor y yo cedía, videos, posiciones, humillaciones que lo satisfacían, ¡pero el me amaba! venia a casa con una gran sonrisa, su aroma me estremecía, de pronto quería tocarme y yo solo cedía, cuando yo quería a el no le apetecía, ya no le gustaban mis abrazos y mis besos lo hostigaban, le daba espacio pero siempre que aparcaba mi corazón nuevamente volaba, a veces amoroso y otras veces me despreciaba, pero yo lo amaba...
¡Vístete! me dijo lanzándome unas medias a la cama, había sido tan cruel que le temía "te amo" me dijo mientras yo me vestía aturdida, nuevamente me sentí feliz quizá solo era un mal rato...
Deje la universidad por que el me quería en casa todo el día, ¡era tan fantástico! pasábamos tardes enteras en cama comiendo palomitas y haciendo el amor, era atento, ¡todo un caballero! cada vez que algo me inquietaba " Te amo" susurraba, y yo me estremecía, mi guardarropa fue cambiando, no mas jeans, no mas blusas holgadas, No mas ropa "decente" te veras mejor tontita - decía mientras me daba un par de faldas un poco extravagantes, pero yo quería complacerlo.
Eran las 3 de la mañana sentía una angustia terrible, la puerta sonó, era el, no estaba ebrio, solo me beso y se quedo dormido, algo en mi decía que había estado con otra mujer, pero no quise saberlo, pasaron los días y el cariño era medido, cuando quería irme siempre tenia el "ERES INCREIBLE" y el TE AMO perfecto para detenerme, nunca lo acepto, pero yo seguía dudando, comencé a cambiar, era mas insegura y siempre quería complacerlo, el lo sabía y a veces me ignoraba, yo me sentía ahora frágil y vulnerable, " te amo" … y nuevamente le creía.
Estaba harta, sabia que había otra pero me dolía algo en el pecho, tenia un nudo en la garganta que me hacia cuestionarme que estaba haciendo mal para que el me dejara, busque entre cajones las respuestas, mi mente susurraba, es que eres fea, es que no lo quieres, es que no eres lista, lloraba por que no sabia como reparar mi daño, pero una parte de mi quería tomar las maletas, ¡gano! tome una maleta y entre llanto comencé a empacar mis cosas, se escucho un auto afuera, mi estomago revoleteo y mi corazón tenia un ritmo acelerado ¡Era el! tan juvenil y tan alegre ¡Amor! te ves fatal ¿Qué pasa? ¿a donde vas? - me voy estoy harta sollozaba, ¡te quiero pero tu a mi ya no!
¡tu no sabes querer! -me grito-, si me quisieras no me abandonarías, yo te amo me dijo mientras me abrazaba fuerte contra su pecho, me rompí y le creí cada una de sus palabras. Pasamos una semana como antes y ahora sentía que jamás quería irme. Me adoraba, era su chica, su mujer especial...
Estaba dormida cuando de pronto sentí unas manos manosear mi culo, sentí escalofríos, a mi lado estaba él mirándome dormir mientras otro tipo acariciaba mis piernas ¡No! grite temerosa. ¿Me amas? dijo dirigiéndome la mirada mas dulce que había visto en años, ¡Si! respondí temblando, Te amo mas que a nada en el mundo... - mi amigo quiere acostarse contigo- y eso me haría muy feliz susurro mientras me besaba. No comprendía nada de lo que estaba pasando, me cubrí y salí corriendo. pasaron días sin que yo pudiera verlo a la cara, me ignoraba eres una mentirosa ! nunca me amaste! me reprochaba una y otra vez, cada vez me sentía mas miserable. Te amo pero tu a mi no me martillaba a diario. Volvió a ser cariñoso, me compro ropa nueva, esta vez mas provocativa, la use y baile para el, tomo el celular y comenzó a grabar, no quería incomodarlo, lo deje hacerlo. ¡Me encantas! te amo escuche una y otra vez.
Estaba tan feliz de tenerlo así conmigo, vino a casa cenamos y reímos, -Invite a un amigo- dijo, sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo, pero asentí.
El tipo era alto, gordo y tenia una sonrisa mórbida que me provoco repulsión, se sentó frente a mi novio y este me lanza una mirada tierna - se amable, hazme feliz me dijo. Sonreí y le ofrecí una bebida al gordo, al dársela me tomo de la mano y me llevo hacia el, yo temblaba y buscaba ayuda con la mirada, me sentó en sus piernas y comenzó a tocarme, lloraba pero mi garganta enmudeció, estaba paralizada, quería correr pero mis piernas no respondían, me desnudo frente a mi novio y el no se inmuto, solo sonreía mientras miraba la televisión.
La casa me parecía enorme desde aquel rincón, habían pasado horas y mis lagriman no cesaban, me sentía la peor basura de este mundo. Salió de bañarse y vino a mi con una toalla limpia, me abrazo y me deshice entre sus brazos, me acurruco y me dijo: todo esta bien me has hecho el hombre mas feliz del mundo.
Mientras el era feliz yo me volvía mas gris, a veces eran amables, otras veces me azotaban y me dejaban herida y tirada en el piso, perdí la cuenta de cuantos hombres venían a casa, el me traía alcohol, y flores a menudo, lo amaba tanto pero ya no me tocaba, me vestía y arreglaba para el pero siempre venia acompañado.
El dolor me despertó sentía el vientre destrozado, estaba inmóvil y sangraba demasiado, recuerdo su olor, sus dientes amarillos y con olor a tabaco, sus manos amorfas y asquerosas apretando mi cuello, eres mi puta susurraba mientras su lengua esculcaba mi garganta, me provocaba el vomito, -te doy asco perra! me gritaba y no paraba de golpearme, me defendí hasta perder la razón y lo ultimo que me quedaba de humanidad.
Sentía el dolor recorrer cada parte de mi cuerpo, el frio que sienten los que han dejado de ser vivos, llorando pedía a Dios terminar ya con tanto, me quemaba su amor y me dolía mi abandono, solté las navajas mientras sentía la vida correrse con mi sangre y deje que Dios decidiera mi suerte...
Karinee del Castillo ❤
Estuvo bastante triste el relato, más cuando la chica se siente como un objeto por la simple necesidad de complacer a aquel sujeto que tanto amo, refleja la realidad de hasta donde puede llegar uno por la aceptación del otro. 8 de 10, el final deja a la imaginación sobre el triste destino de aquella chica.
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